Luis es una persona normal y sencilla, si eso tan complicado de encontrar hoy en día. Pero si hay algo que se pueda decir de él es que no le gusta defraudar a nadie, pero siendo claro en sus actitudes y opiniones. Es un ejemplo constante de adaptación y de optimismo. Siempre intenta que todo el mundo a su alrededor pueda estar cómodo, que nadie se quede atrás. Y como como se define él: «simplemente soy un padre, marido, hijo, hermano y sobre todo amigo de las personas que me rodean. Alguien que da las gracias todos los días por lo afortunado que soy al tener un día más, nunca un día menos. Alguien que ha aprendido que hasta de lo malo se puede sacar algo positivo.»
Luis, prefiere la mayoría de las veces, o hasta que no le quede más remedio, estar a la sombra para, como decía Hannibal del Equipo A, los planes salgan bien. Desde luego es una garantía tenerlo en un equipo. Sin estridencias, colaborará y mejorará cualquier proyecto en el que esté.
Nacido en Vélez Rubio, frente a las imponentes cumbres de la Sierra de María, desde pequeño siempre buscó el contacto con la naturaleza. Con el Cabo de Gata por testigo, a temprana edad encontró allí el primer campo de juegos y de aventuras.
Luis nos cuenta:
«Casado con una maravillosa y muchísimas veces comprensiva mujer, somos padres de una niña que es el pilar fundamental de nuestra felicidad. Tengo la suerte de estar rodeado de grandes amigos, muchos de ellos después de muchos años, y cuya amistad sigue intacta pese al paso del tiempo. La familia es otro de los valores fundamentales donde se cimenta mi vida.»
En mi periplo estudiantil en Granada, pude enamorarme de Sierra Nevada, haciendo algunas incursiones en sus rutas más emblemáticas, así como en la cercana Sierra de Huétor.
Pero fue a raíz de acabar la carrera cuando la llamada de la montaña fue cada más fuerte. Unas botas y una mochila eran suficientes para llegar con unos amigos al techo de nuestra provincia, El Chullo. Coronado después en más de 25 ocasiones y en diversas condiciones, es la cima que personalmente más me cautiva, sin ser gran cosa a nivel montañero. Pero para mí, siempre que pueda, seguiré subiendo mientras se presente la ocasión.
El paso a la Alta Montaña ha sido de forma progresiva, sobre todo en Sierra Nevada, haciendo cumbre en varios de los tresmiles más significativos de esta cordillera, como el Mulhacén, Alcazaba, Picón de Jérez, Cerro Pelao, Los Machos o el Veleta, sobre todo en época invernal y usando las técnicas adecuadas. Y siempre con la humildad que debe acompañar cada ascensión.
No tengo grandes proezas deportivas, tampoco las he pretendido, pero siempre que hago algo en el medio natural intento disfrutar y llevarme esa sensación a casa. Y que quienes me acompañan así lo hagan igual. He participado en diversas carreras populares, bastantes, destacando entre ellas el Trail de Cabo de Gata, como senderista, en todas sus ediciones salvo en 2. En nieve, varios corredores, como el del Almirez y Los Machos, ambos en varias ocasiones y el del Veleta. El Camino de Santiago desde O Cebreiro ha sido una de las experiencias más increíbles y gratificantes que he podido experimentar nunca.
El respeto hacia las montañas es igual de grande que las ganas de subir a ellas.
El senderismo, correr por la montaña, vías ferratas, barranquismo, espeleología y sobre todo la escalada en roca llenan mi tiempo libre. Y si es posible, hacerlo en familia.
Cuando se nos presentó el Proyecto de Mójate por la Vida, no pude de ninguna manera decir que no. El cáncer lamentablemente nos afecta a todos muy de cerca de una u otra manera, y si mi granito de arena iba a servir para dar un paso más en dar calidad de vida, en este caso, a los niños con esta enfermedad, mi aportación debía ser del 200%. Así que, una persona más de secano que de agua, como es mi caso, debía esta vez mojarse.
#YoSoyTurAniAnA.
Curso de Iniciación al Alpinismo impartido por la Federación Andaluza de Montañismo.
Contable en diversas empresas, durante más de 17 años, realizando labores de contabilidad, fiscal, nóminas y prevención en riesgos laborales. Mi hábitat laboral ha sido muy distinto a lo que más me atrae, los espacios abiertos.
1ª Etapa de la travesía. Carboneras-Agua Amarga